El proyecto urbano es una forma de hacer arquitectura donde el concepto de orden se utiliza como herramienta de consenso. Una arquitectura siempre relevante pues su ámbito es un espacio usado y discutido por mucha gente. A Costa da Morte es un paisaje inventado, hábitat mitificado y humanizado donde la cultura rural incorpora sin reflexión el instinto de la cultura urbana. Su expresión más radical introduce el concepto de ciudad como incisión y corte. En Malpica, villa de tradición pesquera cuya configuración topográfica condiciona el crecimiento, el proyecto introduce ideas y actuaciones encaminadas a la mejora de un espacio que, sin dejar de ser puerto, forma parte del espacio ciudadano. Un paseo accesible a cota intermedia recorre el acantilado, apoyado en resaltes y coronaciones de muros que, en cierto modo, lo habita. Lo estrictamente necesario, cerca del mar, se muestra como mezcla de uso, textura y resistencia, quedando la construcción reducida a geometría. Un único elemento prefabricado de hormigón, pieza-espacio, superficie-línea, que con pequeñas modificaciones en sus extremos responde a diferentes funciones de protección, barrera y rampa. Así, la memoria de la intervención recuerda los muros y muelles de piedra, plataformas inclinadas, planas, lisas, sufridas y rozadas por los barcos.
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